Desde el Encuentro Antiimperialista - Capítulo CABA convocamos a participar de este acto conmemorativo, más allá de la identidad que se posea, más allá de ser o no ser montoneros o peronistas, porque a los militantes populares caídos en la lucha se los honra recordándolos y luchando.
Son les mejores luchadores del pueblo los que inspiran lo mejor de cada uno de los que luchamos hoy para la Patria Libre, Justa y Soberana. No hay mayor inspiración para superarnos que aquella que genera el ejemplo de los que los han dado todo por el pueblo y por la Patria.
A continuación reproducimos un texto poético que está circulando en las redes.
Nosotros, los montoneros
Los que como buenos peronistas tuvimos disidencias, diferencias, traidores.
Los que con diecinueve años se pegaron un tiro para no entregarse vivos.
Las que se bancaron violaciones, torturas terribles, el desarraigo de sus hijos.
Los que en las citas corrieron y corrieron para llegar al cielo, y la pastilla y los que “aquí no se rinde nadie”. A los que le fraguaron la muerte, le inventaron el mar y el fuego, los secuestraron en tierra, pero no pudieron con sus memorias, con la historia y la sangre.
Plagados de errores, de desaciertos, de decisiones equivocadas.
Pero yendo al frente, pariendo resistencias.
Haciendo posible que después de muchos años, muchos que ni nos conocieron, puedan seguir escribiendo la lucha en murales, volantes, barrios y fábricas, forjando movilizaciones, gritos, calles, organización.
Nosotros los montoneros no estamos redactando epitafios, ni testamentos. Sabemos que la lucha de clases y las leyes de la dialéctica existen y no terminan ni en un papel ni en una consigna. Por eso continuamos apretando los dientes en los ojos de esos obreros que, ayer como hoy, se preparan para la huelga.
Andamos estrechando abrazos, ayudando a los que dejan ayudarse, sembrando, apurando vinos, porrones, mates y recuerdos. Repletos de años pero también de sueños. Tratando de transmitir nuestras experiencias y de recuperar los pibes apropiados.
Los que frente a la estrella federal, la tacuara y el fusil nos seguimos emocionando. Y apasionados por Evita, sin retorno.
Cada siete de septiembre nos reencontramos de una manera u otra.
Hasta el fin de los tiempos estaremos haciéndonos autocríticas y discutiendo, pero señalando irreductiblemente a los que no quieren que “esto cambie, definitivamente y para el bien de todos” como dice la canción. Todos, no Ellos.
Un saludo compañeras, compañeros, que es decir: Hasta la Victoria Siempre!
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